Cuentos bajo la almohada: julio 2021

 

 
Pintura: Montserrat Gudiol Corominas
 
 
 
  
  TÚ y la palabra
 

 

Existió un día en que la palabra fuiste tú.

El mundo entero desembocó en tus ojos;

se derramó en tus labios.



Incendiaste la palabra.

Tu sola presencia era un astro

completo,

absoluto,

inabarcable,

profundo...

absorbiendo cada letra de mi vida.



Existió un día

en que estallaron todas las palabras,

y el silencio tomó la sublime forma

de tu abrazo.

 

*

El caso del vaso vacío. Relato detectivesco para "Este jueves..."

 


Nuestra hada inspiradora Campirela, nos propone este jueves jugar a detectives, a lo Sherlock Holmes.

En su blog podréis encontrar más casos detectivescos:  http://campivampi.blogspot.com 


EL CASO DEL VASO VACÍO

 Sergio Plómez miró el vaso sobre la mesa de la terraza. Estaba vacío. Completamente. Pero ayer estaba lleno... Sacó su lupa. En el borde había algo translúcido adherido. Era una baba  seca. Pensó en los caracoles de su jardín que a veces aparecían todos en grupo pegaditos a la pared. No, ellos no podían haber sido, porque habrían dejado un rastro por todo el vaso. Meditó largas horas sobre dónde habría ido a parar el líquido que contenía.  ¿Se lo habría  bebido el  sol con su pajita de rayos? Las pistas indicaban la resistencia del vaso a unos dedos. Había huellas de lucha por todo él. Sí, y no eran en absoluto las huellas de un perro, ni por supuesto las de un cocodrilo... Despúes de cinco duras horas de investigación, el enigma se complicaba más aún debido a la presencia de un pelo en el fondo del vaso. Umm, pensó. Era blanco... No, no, la luna no deja pelos, se decía... Y el Yeti no vive en esta latitud... Eliminó al pelo como sospechoso; bien podía haber caído de algún piloto jubilado disfrutando de su aeroplano.

Una mosca azul se acababa de posar en el borde del cristal para limpiarse concienzudamente las patas. El sol restallaba con escándalo en el vídrio. La mente de Plómez viajaba, saltaba, trepidantemente, inspiradísima: "brillos, líquido, encuentro; encuentro, brillos, líquido.."

Tras quince horas de tenaz concentración en las tres bailarinas palabras, gritó: "¡El vaso es el asesino!" Y apuntó raudo en su cuaderno: 

"Crimen pasional: vaso enamorado de agua; agua ofrecida a cualquiera con sed. Vaso quiere hacerla suya, y de nadie más; se la bebe hasta hacerla desaparecer.

 Pruebas: el agua pasó su última noche con el vaso; hay tres gotas en el fondo. También huellas de pájaro intentando salvarla en el cristal."

 El genial, pero sumamente olvidadizo detective, se marchó a dar parte a la policía, eufórico por haber resuelto el caso del vaso de agua bebido por él mismo la noche anterior.