Tiempo. Obra de Pedro Sacristán
(Segundo aporte para el Tintero, un poema...)
TIEMPO
La oruga avanza con un reloj en cada antena sobre su hoja planetaria.
El sol hunde su risa de niño en el ombligo de la noche.
Sale el cangrejo. Jadea un feto. Exhala el tren un adiós de hierro...
Vira el velero.
Un perro olisquea el fantasma de una rosa.
Se posa una bandada de lágrimas
en un ciprés.
Ella le besa a él…
El tiempo trabaja
con arrugas en los dedos…
El mar duerme y se despierta
dentro de un cuento
que descubre un niño
en el cajón de su abuelo.
Cabalga el mar
sobre peces ciegos
hacia la luz azul de los ojos del nieto...
Tiempo…
Vosotros os columpiáis.
Nosotros nos columpiamos…
Ellos se columpian
todos en fractales
que vienen y van…
Van y vienen en remolinos agudos de gloria,
estela de semillas prístinas,
coros de renovación.
Vuestras manos,
nuestras manos,
sus manos...
son sueños de niños que cantan
agarrados a la mano del tiempo.
-Los dedos del tiempo tienen alas.-
Corren los segundos como hormigas
atareadas
por un reloj detenido,
gigantesco,
congelado,
en la hornacina de Dios.
Tiene ya mucho polvo
extasiado
flotante…
Y él se mira en él;
de un soplido lo expulsa,
y en un suspiro lo vuelve a crear:
Tiempo.
*