Pintura de Paul Peel (1860-1892)
NANA...
Quédate niño,
quietito,
en mis brazos,
como la luna en el estanque.
Y cierra los ojos...
hasta que un olivo de plata te abra la puerta de su tronco;
o hasta que te lleven las plumas de un cisne canela;
o hasta que oigas un potrillo
que tintinea sobre un camino de oro,
se caiga la manzana del árbol de la paz...
y vaya a dormirse el viento
en tu manita cerrada.
Entonces,
abre tus ojos al sueño profundo
y deja que la noche te meza
como a una espiga confiada.
*
Poesía:
Volarela (Maite Sánchez Romero
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