Cuentos bajo la almohada: Impresiones sobre el río Ebro

Impresiones sobre el río Ebro




                                              

                                                 FLUIR... EBRO


¿Cómo  podría describir la intensa sensación que siento al contemplar un gran río moviéndose despacio entre colinas?

Esas aguas densas, inocentes como la mirada de un gamo, levemente onduladas por el viento; ese color profundísimo, o ese cuerpo grande y zigzagueante como una culebra encantada que siguiera un enigmático y hechizante destino...

Es reverencia. Literalmente, me inclino ante el paso de un gran río, verde, señorial y sereno, que parece conducirte de la mano, tranquila y plácidamente, al mismo comienzo de la vida…

Me parece que esos ríos transporten millones de años de experiencia, incluso que ya conozcan mis pensamientos.

 Al igual que yo ahora junto al Ebro, animales, plantas, cielos y montañas se miran en sus aguas viajeras: 
¿Qué hará con nuestros fugaces reflejos? ¿Los pulirá igual que a sus piedras, los besará, los olvidará?

A veces quisiera que un río como éste me llevara entera, sobre una canoa hecha de libertad, y fluir sobre su honda música de chelos al compás de la serenidad de sus latidos de agua. 

Fluir... por las suave espalda de la Tierra... hacia un abrazo sin brazos... donde encontrar todos los sentidos, todas las respuestas, todo el amor.


                                                             *

                                                    

6 comentarios:

  1. ¡Ay, Maite, has convertido al río en poesía!
    Que sepas que ahora, cuando te leo, las palabras suenan en mi cabeza con tu voz, aunque sean escritas. Es lo que tienen tus regalos video-documentados. 😉
    No me he bañado mucho en los ríos de mi tierra, porque al vivir cerca de la playa, nuestras excursiones eran al campo secano. Sin embargo, esas sensaciones que describes también las he disfrutado en la mar, mi mar. Como alguien dijo, somos agua, somos parte de las aguas del planeta.
    Muchísimas gracias por tu bellísima prosa y por duplicar tu regalo.
    Abrazo Grande.

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    1. ¡Tú sí eres un regalo cada vez que te apareces!!
      Jaja, ya van con impronta :)
      Te doy las gracias de corazón, eres el sol de Cadi escapándose con un sombrerito negro por toda la geografía española y mundial! (porque en tu Acervo somos de todas partes ;)
      Los ríos de mi tierra alicantina están muy secos; quizá por eso al descubrir el Ebro, tan caudaloso y solemne, me quedé encandilada.
      Yo también con lo que disfruto como una niña es con el mar...
      Y qué cierto, somos agua... Hay algo mágico en ella...
      Gracias de nuevo a ti, espero con mucha ilusión tu aporte.
      Abrazo muy grande!

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  2. La belleza e inmensidad de la Naturaleza frente a nuestra pequeñez. Un texto precioso, Maite, lleno de poesía y deslumbramiento ante algo que nos supera. Muy sensorial, también. Una maravilla.

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    1. Gracias, Marta, qué bien que hayas podido sentir conmigo esa grandeza y deslumbramiento de la naturaleza.
      Un abrazo!

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  3. Hola, Maite, que bonito sientes el fluir del río, sus aguas, su torrente a veces lento y otras rápido...
    Su canto tan deliciosamente hermoso, resuena su cercanía cuando estás en el bosque y te vas acercando al río y lo escuchas primero como un susurro, luego con más fuerza esa música se va metiendo en tí y alegrando tu espíritu al saber que ya están más cerca uno del otro y te alejas del bosque para encontrar ese precioso valle que lo rodea. Y ni qué decir cuando sus aguas descienden de las montañas con esa risa continua de quien siempre juega feliz. Y el saborear sus aguas en esos lugares donde corre cristalina y tienen toda su pureza para vigorizar tu faena y renovar tus fuerzas, sin dudas son un regalo invaluable de la naturaleza.
    Aunque me crié entre ríos y playas, esto que te cuento lo percibí en mis viajes al Pico Duarte, pero definitivamente el agua y yo siempre hemos estado muy unidas, mis baños diarios son una conexión con ella que me revelan claridades que no afloran en otros momentos, por eso digo que el agua para mí, además de vida, de ser refrescante y vigorizante, posee inteligencia y dones misteriosos muy gratificantes.
    Precioso todo este texto tan poético como el agua y como tú, bella Volarela.
    Me encanta la pregunta que formulas y te digo que cuando contemplamos un río con el corazón y nuestros ojos se pierden en él, definitivamente el río te lleva entera y te conviertes en él, eso lo he experimentado también en la playa, esa vida que posee el agua y te das cuenta que tú también eres ese río y esa playa, es algo trascendental y maravilloso.
    Gracias Maite por visitar esa vieja entrada de mi blog y dejarme el aviso de esta preciosidad, es un deleite leer y sentir esa grandeza del Ebro.
    Aquí también los ríos se han secado mucho, otros han desaparecido, por eso me gusta que la temporada ciclónica traiga muchas tormentas (aunque suene poco considerada), es lo único que aumenta sus caudales y algunos hasta reaparecen...
    Un beso y preciosos días de marzo.

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  4. De abril perdón, ya marzo hoy dijo adiós. Más besos.

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