Cuentos bajo la almohada: LA ESTATUA ROTA (relato)

LA ESTATUA ROTA (relato)






LA ESTATUA ROTA


— ¡Dios mío, la estatua ha caído! ¡Miren, la cabeza rota!

Recuerdo que todos los que pasaban me miraban entre la sorpresa y la compasión.

Desde entonces, aquellos ojos pétreos, inexpresivos, no dejaron de mirarme, de seguirme hasta mis sueños. Me obsesioné.

Pero no fue la única distorsión —no pienso llamarlo alucinación— de la realidad que tuve. A veces, de improviso, el murmullo de la gente resonaba como un panal de abejas. Era terrorífico. Sobre todo porque nadie más que yo lo escuchaba.

Contemplaba con pasmo Nueva York; parecía haber perdido su consistencia, sin sombras ni volumen, plana, muerta. Necesitaba tocar algo con urgencia: un semáforo, un árbol... y así volvía a mis dedos el tacto amable de la realidad.

Todo comenzó con el picor de la pulsera.

Nos la habían puesto al nacer, aunque nuestras madres no recordaban siquiera haber parido. La pulsera creía con nosotros. Si te la quitabas morías; mejor dicho, desaparecías al instante. Todos hemos visto a la gente desaparecer a nuestro lado alguna vez... Yo también... Mi mujer... Ella lo hizo. Sintió la misma picazón insoportable que yo siento ahora. No volví a verla.

Perderla fue probar la grandeza de ese amor. Quizá por eso estoy alucinando y no tiene la culpa este picor…

El médico al que conté mis visiones insistió: mi depresión era la causa; la estatua rota solo era un símbolo de la fractura de mi propio mundo.

—Jamás se quite la pulsera. —repitió.

Salí hundido.

Una súbita llamarada de rascacielos me devolvió el aliento. Amaba Nueva York. Pronto comenzó a llover. Pero el picor volvía, cada vez mayor: mi mundo realmente se estaba desmoronando. Las luces de la noche se diluían en un cortinaje de susurros líquidos… Insufrible. Más picor. Tenía que acabar. Sentía mucho miedo, pero estaba decidido.

Una vez en casa, tomé las tijeras. Era imposible cortar la pulsera. Además, con cada intento nuevo el picor aumentaba, y la pulsera parecía deformarse y agrandarse. Finalmente se salió de mi mano…

Lo siguiente que recuerdo son voces lejanas. Una ambulancia sonando a lo lejos. Abejas…

Hasta que todo desapareció de mi vista y de mi oído.

Un silencio de corchos aislantes me acunaba. Copos de nieve en mis ojos… ¿Dónde estoy? ¿Qué es esto?, me preguntaba espantado. Y justo, frente a mí…: la estatua rota.

Sí. Unos inmensos ojos de piedra me contemplaban desde el suelo, entre edificios destrozados. ¡Alrededor mío todo estaba demolido! Mi ciudad… ¡rota como la estatua!

No muy lejos, cuerpos yacían sobre el suelo. ¿Muertos? No, parecían estar dormidos, esperando algo.

— ¡Allá, miren, un hombre vive!

Me señalaron. Era un grupo de personas con máscaras y trajes herméticos. Enseguida me colocaron una mascarilla.

— ¿Qué es esto?, ¿Qué ha pasado?

— Amigo, has vuelto. Esta es la realidad. La auténtica.

— ¿Quiénes sois?, ¿Por qué está todo destruido?

— Hubo una guerra nuclear y Nueva York quedó arrasada.

— ¡Pero eso jamás ha sucedido!

 — No allí. Vienes de un mundo falso. Ésta es la realidad —respondió un hombre muy serio que se adelantó del grupo.

Miré desolado las angustiosas montañas de ruinas. — ¡No es posible!

— Has vivido ciego en el mundo onírico de los Inconscientes. Ellos son expertos en crear sueños vívidos.

— ¿Mi vida entera ha sido un sueño?

— Tu vida después de quedar inconsciente en esta guerra. Segundos antes de morir por las bombas, las conciencias de miles de personas fueron robadas por los Inconscientes para vivir a través de ellas en un mundo paralelo, idéntico a este. Su propio sueño vívido.

— ¿Quieres decir que viven a través de nuestras mentes?, pregunté con repugnancia.

— Sí. Ansían ser humanos, pero solo mediante estos robos de conciencia pueden lograr serlo. Cada uno de ellos se va transformando en humano a través de cientos de nosotros.

— ¿Y la pulsera… es el nexo entre ambas realidades?

— Sí. Cuando se saca, desaparecéis allí y termináis de morir aquí…

— ¿Y por qué yo no estoy muerto?

— No estabas a punto de morir, sólo inconsciente. Ellos no pueden distinguir la diferencia.

— ¿Y tú, cómo sabes todo eso? —interrogué casi desafiante.

— Porque hace siglos yo... fui uno de ellos.

 

Una mujer llegó, rompiendo el círculo, y gritó:

— ¡Mario!

— ¡Miriam! —Los escombros de mi mundo se recompusieron en ese abrazo— ¡Estás viva!

— El veneno, antes de las bombas, ¿recuerdas? Solo nos dejó inconscientes. Estos hombres me rescataron.

Me cogió las manos. Por sus manos cálidas y dulces, reviví su ser entero.

Me ayudó a levantarme.

A lo lejos vimos unas formas rojizas y humeantes con dos huecos profundos en lo que debía ser la cabeza. Avanzaban hacia nosotros.

— No temáis, ahora no pueden haceros nada; vuestra conciencia lo impide —dijo el hombre serio.

Pasaron lentamente a través de nuestros cuerpos como si no existiéramos. Sentimos un lamento estremecedor cruzar nuestro cuerpo y alma. La piel se nos llenó de gotitas rojas, como si nos hubiera envuelto una niebla de vapor rojo y tristeza.

— Vagan en busca de una conciencia...

Avanzamos afligidos calle abajo, acompañados todo el tiempo por la siniestra hecatombe de la ciudad.

Miré hacia atrás; la cabeza caída de la estatua seguía allí, mirándome fijamente, casi con una súplica en aquellos ojos vacíos. ¡Todo no está perdido! —me descubrí respondiéndole en voz alta—; y apreté fuerte la mano de mi mujer.

Mis compañeros me miraron sorprendidos un instante, pero no dijeron nada.

Quizá un vago sentimiento de culpa nos acompañaba, porque habiendo tenido una conciencia, habíamos destruido nuestro mundo.


***




Volarela 2025 para el Tintero de Oro. Historia creada con Nueva York como telón de fondo. Aquí podréis leer todas las participaciones: 

Tintero de Oro. Nueva York


50 comentarios:

  1. Muchas gracias, Maite, por participar con este relato en el homenaje a Carmen Martín Gaite. Mucha suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A ti, Marta, por promover la lectura y la creatividad! Un fuerte abrazo :)

      Eliminar
  2. Hola, Maite. Este relato es una experiencia inquietante y fascinante con buenos ingredientes de ficción y distopía. También veo en él una profunda reflexión sobre la realidad y la conciencia. Desde las primeras líneas, la imagen de la Estatua de la Libertad caída, con su cabeza rota y sus ojos pétreos persiguiendo al narrador, crea una atmósfera de desasosiego que engancha de inmediato. La obsesión del protagonista con esa visión, combinada con el murmullo de la gente como un panal de abejas, establece un tono de irrealidad que te hace cuestionar desde el principio qué es real y qué no.
    La mención de que nadie recuerda haber nacido y que las madres no recuerdan haber parido es un detalle escalofriante que siembra la duda sobre el mundo en el que viven.
    El giro hacia la revelación de que Nueva York, tal como el narrador la conoce, es un "mundo onírico" creado por los Inconscientes es un golpe maestro.
    Te felicito.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Mil gracias, Marcos! Cuando comentas ya eres un referente porque haces una síntesis magnífica de los textos que lees. Me alegran un montón tus palabras. Y sí, esa duda sobre la realidad de nuestros propios pensamientos, de los que tan seguros estamos, o la "Realidad" que creemos tan firme, es la esencia del relato. Confieso que es un tema que me gusta tratar con distintos trajes ;)
      Un abrazo muy agradecido :)

      Eliminar
  3. Puede ser que vivimos angustiados por el "fin del mundo", sera que los "otros" estan planeando exterminarnos.... o "ellos" lanzaran el arsenal nuclear para hacer un post-apocalipsis.... miedo y mas miedo, vivimos en un mundo en donde nos mantienen asustados, ¿para que? porque "los arcontes" se alimentan de emociones fuertes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente, Jose. El miedo es la gran arma silenciosa que amenaza nuestra libertad.
      Gracias por pasarte!

      Eliminar
  4. Hola, Maite, buenos días.
    Me has dejado tiritando de emociones con este ejercicio de ciencia ficción distópica (o eso quiero creer, aunque tal y como va nuestra especie...) que no creo que deje indiferente a nadie. Es de justicia que te dé mi más sincera enhorabuena por tu trabajo, y las gracias por compartirlo con nosotros.
    Patxi.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "Tiritando de emociones", ¡qué mejor elogio! gracias Patxi. Ya te voy mandando un fuerte abrazo alegre y agradecido para que se pase ese frío :)
      Gracias de nuevo a ti :)

      Eliminar
  5. "porque habiendo tenido una conciencia, habíamos destruido nuestro mundo". Extraordinario y redondo final para ua historia escalofriante en su totalidad. Enhorabuena. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Juana, es muy importante tu impresión del final. Y me alegra que te gustara. Es aplastante. Dudé mucho de si dejar otro más esperanzador, pero no hacía juego con la tónica del relato, no era tan "coherente". Un placer tu lectura.
      Un abrazo!! :)

      Eliminar
  6. Hola, Maite, fíjate que me enteré de esta publicación por tu comentario a María.
    Me alegra que las musas te hayan puesto manos a la obra para no perder la costumbre. Te ha quedado un relato tan en la línea de lo que los acontecimientos mundiales vaticinan, que resulta espantosa esa realidad al leerte.
    Juegas muy bien con los personajes creando ese nexo entre realidad y fantasía, consciencia e inconsciencia, mezclado a las consecuencias trágicas que acarrea este último estado. El detalle de la pulsera ha sido un acierto, pues representa eso que hoy nos esclaviza, creándonos una dependencia casi vital que difícilmente sacamos el valor para deshacernos de ella.
    Es un relato brutal y reflexivo, el uso de esa emblemática estatua de la libertad rota, ya de por si nos pone a pensar, y el contenido nos hace preguntarnos sobre nuestro nivel de consciencia, si estamos despiertos o dormimos ante la realidad. Hay tantos vagando en busca de una conciencia débil o de inconscientes a los que puedan engañar absorbiendo sus energías para usarlas en provecho propio...
    En él relato resaltas la fuerza del amor, el valor y determinación para romper las cadenas que nos atan, aún sea a costa de nuestra vida, y de la esperanza que siempre hace su aparición, y cuando menos se espera, hace surgir una nueva vida, en la que nos hacemos más conscientes del mal uso de nuestros privilegios humanos.
    Encantada de leerte Maite, como siempre la sensibilidad humana y sus verdaderos valores están en tus escritos. Gracias por tus sabias letras, esperemos que no sea una premonición y este mundo actual no llegue a ese horrible final.
    Aplausos, besos y abrazos almicos querida Maite.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espero lo mismo. Mil gracias, querida Idalia. Tus palabras entran de lleno en todo lo escrito. ¡Lo desgranas con precisión de cirujana! Me alegran un montón tu lectura y palabras; indican una comunión de ideas fantástica.
      No quería pasártelo tan pronto para no darte Tanto trabajo (jaja, ya eres taaaan generosa en mi canal!!), pero te lo hubiera compartido antes o después en cuanto sacaras alguna entrada tuya...
      Me gusta mucho que destaques el detalle de la pulsera, nexo de unión. Y sí, hoy con nuestras brillantes pulseras... la mano y la atención son "robadas" cada día durante horas... :)
      Me gusta cómo analizas ese esfuerzo de escapar, salir, romper lo impuesto sin ser consciente del todo. Aquí (un detalle más personal que te comento) ese picor es el prurito simbólico, la necesidad de salir del sistema y conocer la verdad.
      ¡Aplausos para ti, y un beso enorme desde el alma!!

      Eliminar
  7. Hola, Maite. Uf, una historia inquietante que te mantiene en vilo desde el inicio. De alguna forma, el protagonista comienza a romper con esa irrealidad que él cree real y nos lo empiezas a mostrar con la cabeza rota de la estatua, símbolo inequívoco de la muerte de la libertad. Muy buena analogía y muy buena historia.
    Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Justamente, muy buena observación... Casi diría que el relato salió solo a partir de la imagen que me vino a la mente tras leer la propuesta: la cabeza de la estatua rota en el suelo. Te habrá pasado quizá que se te aparece un signo, una imagen, una palabra. que te pide urgentemente tirar de ella... y ya no puedes dar marcha atrás, no sé si me explico...
      Un montón de gracias por tu comentario.
      Un abrazo muy grande .)

      Eliminar
  8. Hola, Maite, ¡vaya historia! ¡WoW! ¡Y vaya final! El párrafo final se sale... Es una mezcla de zombis, extraterrestres, apocalipsis, distópico... Un poco de todo. Y entre tanto ser sin conciencia: el amor. Qué bonito que volvieran a reencontrarse, y de verdad, en el mundo de verdad, destruido, pero de verdad. Eso sí, arreglar esa estatua va a costar una pasta... 😉😉
    Un abrazo. 🤗

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaja, sí, una pasta de las mismas dimensiones... :)
      Sí, es muy ecléctica la historia, debe de ser que veo demasiadas películas ;)
      Un besazo y mil gracias por tu estimulante efusividad

      Eliminar
  9. Querida Maite, leyéndote, no puedo evitar la referencia de nuestro Calderón de la Barca que era asignatura obligada de lengua, tiempo ha, y que viene al pelo con tu relato:
    ¿Qué es la vida? Un frenesí, una ilusión, una sombra, una ficción. Toda vida es sueño, y los sueños, sueños son.
    Y es que aunque tu historia sea distópica, el mensaje principal creo es que esta vida es irreal en cierto modo, y toda una alegoría la cabeza caída de La Libertad, que tal como va Estados Unidos y su peligroso Mr. President... el futuro de la humanidad es muy incierto.
    Me gustó mucho la referencia de la búsqueda de la conciencia.
    Te doy un abrazo consciente y nada ficticio, Maite.
    Buen trabajo, compañera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "¿Qué es la vida?"
      Fenomenal que te recordara a Calderón. justamente el meollo de la historia. Da para mucho este tema literariamente y además remite a la primera pregunta que se hace nuestra conciencia cuando se hace consciente de sí misma: quién soy y qué hago aquí.
      Muchísimas gracias por tus palabras, Tara :)
      Un fuerte abrazo :)

      Eliminar
  10. Qué buenísimo relato Maite! El mundo distópico que nos presentas nos lleva a tomar más y más consciencia de cada acto, de cada movimiento... el despertar a una "supra-conciencia" (por llamarlo de alguna forma) y el Amor son, sin duda, nuestra tabla de salvación...
    Me ha encantado leerte, espero que tu libro de relatos vaya viento en popa... Recibí tu libro de poemas que disfruté muchísimo... puse reseña en Amazon, aunque seguramente salió a nombre de mi marido que es el titular de nuestra cuenta amazon ;)
    Beso enorme, Maite querida, siempre deseando devorar tus maravillosas letras!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Milena! qué alegría verte aquí de nuevo! Acabo de leer tu comentario en Amazon; ¡es un Regalo! Todo un detallazo. Muchísimas gracias. Me alegra que te gustaran los poemas que seleccioné, incluso los dibujitos y la decoración... Es todo un honor ver tus palabras allá. acompañándolo para siempre, para siempre... :-)
      Y gracias también por el estimulazo que me insuflas, un viento fresco para mis pulmones, para que seguir creando... Ahora estoy detenida por exceso de trabajo, pero bueno, ya saldrá cuando sea su momento.
      Me encantan tus palabras para el relato, son esperanzadoras y luminosas, y tan verdaderas... ¡Gracias, Milena querida, mariposa de luz!
      ¡Un beso enorme para ti!

      Eliminar
  11. Mayté, ¡qué gran trabajo! Me encanta la originalidad de tu propuesta, con ese N.Y., post-apocalíptico y con esos seres que ansían robar la conciencia humana. La frase final es demoledora y estremece. Un relato que se queda en la cabeza, revoloteando. Enhorabuena y mucha suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Qué bien que te gustara y se quedara un ratito en tu cabeza! En esa cabecita, como la mía, que le gusta tanto volar por lo fantástico.. :)
      Mil gracias, Ana.
      Un fuerte abrazo :)

      Eliminar
  12. Bueno bueno... me estoy enterando por la compañera Milena que has escrito un libro de poemas, y yo en la inopia. Eso me pasa por desaparecer tanto tiempo. Ya me estás diciendo como conseguirlo, supongo que por Amazon, necesito título...¡Ya!

    ResponderEliminar
  13. "LA NATURALEZA EN EL CORAZÓN", si es que solo tenía que ponerme las gafas y mirar bien en este tu blog. Voy a por él. ¡Qué bien, Maite!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. :) Pero qué maja eres, Isabel...
      No te preocupes, de verdad. Aquí, en el Tintero, anunciaré -si sale algún día- el de relatos, que creo que es más ameno de leer. Hasta ahora he publicado poesía y prosa poética (el que mencionas es prosa poética de naturaleza).
      Yo también quiero leer el tuyo y el de otros compañeros que me esperan impacientes, y por supuesto dejarte un feedback, que sé que allá es valioso.
      Un abrazo de nuevo, grandote y una gran sonrisa, querida Tara :)

      Eliminar
  14. Bueno, bueno, bueno... Menuda fantasía de historia.
    Respecto a la conciencia, parece ser que hay personas que no la tienen, los más peligrosos son quienes gobiernan en el mundo, y así nos va.
    La verdad que si yo fuera un alienígena y llego a este planeta, daría media vuelta echando leches 😅

    ResponderEliminar
  15. ¡Hola, Maite! La cabeza de la estatua caída lo persigue con la mirada gélida de unos ojos vacíos. Y luego esos picores... ¡Qué gran relato! Nos mete en un mundo distópico de una sociedad que consideramos nuestra y que está a la deriva por la falta de cordura en las actuaciones humanas. El miedo campa a sus anchas como el gran protagonista y nos causa un terror que nos paraliza.
    Me encanta ese estilo tuyo, tan literario. Cómo cuidas la selección del lenguaje, el ritmo y el uso de figuras literarias. Lo he ido leyendo despacio para disfrutarlo.
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu síntesis y por tu lectura, me encanta que te hayan gustado esos detalles y el estilo. Es un honor que me haces al leerlo con tanta delicadeza.
      Un fuerte abrazo agradecido! :)

      Eliminar
  16. Con apocalipsis y todo, se parece a una visión entre matriz y la tradición cristiana. Todos vamos al infierno jajjaa. Bueno si esta allí tu mujer no tanto, pero imagínate para la mujer, que no había nadie conocido.
    Parece que hay libertad de" no querer saber" , pero solo lo parece. El querer saber es una fuerza irresistible.
    Anrazioo y suerte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo matizo un poco, Gabi, aunque con ello parezca pretenciosa, de todos modos el relato no llegará muy lejos:
      Con esta historia quiero hacer pensar en el valor del mundo consciente (no necesariamente la conciencia del bien y el mal) ; en la comprensión objetiva de la realidad.
      Los señores "Inconscientes" dominan el mundo de los sueños donde nada es real (esa idea me encantó, sobre todo porque sufren al no tener nuestra consciencia, un privilegio). En la realidad, sin embargo, la mayoría de la gente vive a un nivel muy bajo de conciencia (y no me refiero a la moral) sino que en lugar de preguntarse, buscar la verdad, comprender, indagar, autoanalizarse, vive en un "Duermevela" dejándose llevar por las directrices (y la moral) imperante (no importa la época, (cristiana en la Edad Media, revolucionaria en el XIX, comunista, nazi, atea, consumista o progresista ahora); los dogmas se repiten con distintos trajes y volvemos a un único pensamiento de masas); en eso, como dices, Mátrix sí es el referente, porque el protagonista busca hasta romper los velos de la realidad.

      El mazazo del final no es un “castigo religioso”, es nuestra propia decisión de dejarnos llevar mansamente por el-los “lobo” disfrazado de abuelita.

      Y sí… “no querer saber” no es necesario imponerlo, nos los autoimponemos gustosos :)
      No es tema muy apetitoso para un concurso, jaja, pero escribimos para divertirnos y cuando nadie se divierta con nosotros, lo haremos solos, jaja :)

      Gracias por leerlo, Gabi.

      ¡Un abrazo! :)

      Eliminar
  17. Muy bueno tú relato por ese final " habiendo tenido una conciencia habíamos destruido nuestro mundo" .
    El tránsito por toda la historia es fascinante.
    Un abrazo Maite
    Puri

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te gustara :) Puri. Me gusto mucho la tuya también.
      Gracias por tus palabras.
      Un abrazo! :)

      Eliminar
  18. Estimada Maite, leer 'La estatua rota' es como asistir a la lenta cicatrización de una herida que creíamos eterna. Esa grieta que recorre el mármol ya no me parece una fractura, sino el rastro de un diálogo íntimo entre lo que fuimos y lo que el tiempo ha tallado en nosotros. La estatua no se lamenta por su perfección perdida, sino que exhala una serenidad nueva, esa que solo nace cuando aceptamos que las roturas no nos despedazan, sino que nos reconfiguran en algo más verdadero, más nuestro. Tu relato me ha recordado que hay una belleza profunda y callada en rendirnos ante la evidencia de que lo imperfecto no está roto, sino que, simplemente, ha decidido ser libre. Abrazos desde Venezuela

    ResponderEliminar
  19. Mi querida Maite, con qué fantástico relato nos muestras, es un regalo para una mirada detenida, tiene mucho que ver con el mundo en que nos toca vivir en un mundo sin conciencia,
    ojalá que todo se recomponga como cantan tus letras, como Mario y Mirian, y la humanidad pueda vivir en armonía sin bombas sin armas.
    Leí el libro y me supo a poquito, me quedé con ganas de leer más. Gracias corazón grande.
    Me quedo encantada de volver a leerte y poder ponerte estas letras. Me gusta leeros a todos los blogueros, pero llevo un tiempo pachucha, no puedo ni sentarme al ordenador, le escribo con el móvil y sentada a mi mesa de la cocina.
    Te dejo un abrazo muy largo, lleva el deseo de que tengas mucha salud amor y armonía, también te dejo mi inmensa gratitud 🙏por este post y por otros donde paso un rato súper agradable.
    ♥️🌹🌹🌹🤚

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Marina! Qué alegría saber de ti...
      Y además vienes regalando ánimo, estímulo y cariño, como siempre.
      Muchísimas gracias por leerme con mente y corazón, en este relato duro y en otros más dulces que escribo.
      Siempre Estás cerca, incluso cuando no estás en tu mejor momento... Por eso mi agradecimiento se quintuplica.. ❤️
      También me alegra que te gustara la muestra de mi libro, es una enorme compesanción a todos estos años dedicados a la poesía.
      Espero que pronto salgas del bajón de salud, y que volvamos a tener cerquita tus versos y tú cariñosísima compañía...
      Besos Mil, querida Marina, cuídate mucho!!!🥰🌹

      Eliminar
  20. En ocasiones tambien pienso que vivo en un sueño. me ha encantado gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, verdad??
      Muchas gracias por tu lectura, Manuel, me alegra que te gustara
      Un abrazo!

      Eliminar
  21. Hola Maite. Ya solo esa escena inicial de la estatua rota que nadie más ve, nos pone sobre aviso de lo que va a acontecer y despierta nuestro interés. Nos introduces en un mundo distópico con cierto sabor a Matrix, donde la píldora se convierte en pulsera y la realidad es un mundo apocalíptico del que solo se puede escapar viviendo en la ensoñación onírica dominada por los Inconscientes. Quizás eso sea lo más fácil, cerrar los ojos ante una realidad incómoda y vivir en una anestesia perenne más llevadera; simil de nuestras sociedades dominadas por poderes a los que interesa que no seamos conscientes de la realidad y vivamos en un mundo cuyo horizonte no va más allá de nuestro disfrute. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí, Jorge; nunca la humanidad ha tenido más medios, más cultura, más información, más oportunidades... que en estos tiempos tan fascinantes...; por eso contrasta tanto a cualquier espíritu crítico y observador esa pasividad y entrega de su voluntad; esa inconsciencia general, ese dejar que otros piensen por ti y hasta construyan tu vida y tus deseos. Pero claro, un siglo para la evolución de la humanidad es tan solo un segundo... y nada cambia en un segundo. A pesar de todo, personalmente confío ciegamente en la capacidad humana que tenemos de superarnos, de avanzar...
      Gracias, Jorge. Un placer que lo leyeras y además que mi relato sirva para la charla amena y la reflexión :)
      Un fuerte abrazo!

      Eliminar
  22. Maite! Creo que este es uno de los relatos más potentes de la edición, ya sea por la imagen visual de la cabeza de la estatua de la libertad como por el suspense que rodea el relato desde el principio hasta la parte donde se desvela qué narices ocurre. Te digo que esa primera parte me ha generado cierta ansiedad, necesitaba saber qué pasaba, por qué la estatua estaba degollada, por qué las pulseras, por qué morías y quiénes eran los malos, pues en este tipo de texto siempre hay un malo. Ha Sido un ejercicio formidable de cómo debe escribirse un relato de suspense, y ya casi si me apuras, cualquier tipo de relato, pues ese caramelo que pones en uno no alcance hace que la gente quiera leer para poder agarrarlo y masticarlo con fuerza. Por otra parte, la trama me ha gustado mucho, cómo al final se encuentran, cómo de devastado que está todo y cómo la esperanza que las segundas oportunidades afloran dentro del sentimiento de que todo es posible. Muy bueno, como te relato, me encantó.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Pepe, me das un alegrón! Si he logrado ese suspense, más aún en palabras de un maestro del suspense, he conseguido superarme, me siento premiada, de verdad...
      Me encanta cómo lo describes, el símil que usas: "ese caramelo" que la gente desea agarrarlo y masticarlo con fuerza (es 100 por cien tú ;) ). También me gusta que veas esa esperanza, apenas esbozada, en mitad del caos.

      ¿Sabes? Por ahí leí que un buen relato, para que deje satisfacción en el lector ha de tener una de estas cuatro virtudes:

      Que tenga un misterio;
      o que entretenga;
      o que sorprenda;
      o que emocione.

      Y si las tiene todas, Mejor. :)

      Intento que al menos tenga un par de estas.
      Y sí, el suspense es el mayor acicate para agarrar al lector, pero también uno de los más difíciles porque el caramelo que al fin se agarra y se mastica ¡ha de gustarle! jajaj :)
      O sea, que a más expectativas generadas mayor recompensa... Bueno, qué voy a decirte que no sepas ya…
      Una delicia para mí concluir este ciclo con tu valiosísima opinión. Un broche perfecto.
      ¡Grandísimo abrazo, admirado escritor y compañero Pepe!!

      Eliminar
    2. Qué palabras más bonitas me dedicas, compañera! Bueno que sepas que la admiración es mutua!

      Eliminar
  23. Hola Volarela, que relato tan bueno entre lo real y lo inventado por entes que querían una realidad. Me ha gustado mucho. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  24. Hola Volarela, ¿un relato lleno de fantasía? ¿Un relato lleno de verdades que apenas intuimos? ¿Un relato que nos deja con preguntas abiertas, como: ¿Y si todo lo que dices es solo un sueño o una premonición?
    Enhorabuena.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Berta!
      Bienvenida a nuestro Tintero 😀
      Gracias por tu lectura, me encanta que veas esa apertura de posibilidades.
      Un abrazo!

      Eliminar
  25. Hola Maite!
    Me ha encantado tu relato. Esa introducción con el misterio de la pulsera te engancha desde el principio y te mantiene con el suspense hasta que al final no confirmas la existencia de esos dos mundos paralelos y lo perverso del planteamiento es muy interesante! Un abrazote y mucha suerte en el concurso!

    ResponderEliminar
  26. Hola, Maite. Un relato excelente de ciencia ficción distópica. Con ese elemento clave: la pulsera, que logra hacer pasar de un mundo onírico al real. Muy bueno.
    Un abrazo

    ResponderEliminar