En el blog de nuestra querida Mag, encontraréis más participaciones de este tema tan sugerente.
LA CICATRIZ
"En el corazón tenía la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón."
Antonio Machado
Hay un ser que circula entre los otros cuerpos como un
mosquito en la noche. Nadie es capaz de notarlo. Son sus ojos marcos sin
lienzo, colgados de dos cejas anodinas.
Su anciana madre le pregunta, le exige, la reclama, la
añora... La hija no está. Prepara su tostada con la indiferencia de un reptil.
En su trabajo se preguntan si queda algo de la antigua
compañera. Acaso su pelo, que sigue escapándose osadamente de su trenza. Pero
no su viejo brío de gorrión; ni aquella sonrisa gozosa de río fundiéndose en el
mar que la caracterizaba.
Su mar no está. Ahora ya no. Ella dejó de recibir su oleaje de abrazos. Y en el armario sólo hay camisas que aspirar. Y sobre el sofá, la
desteñida gorra, todavía cálida y con el aroma de sus bromas. Pero ya casi no
puede recordar. ¿Sentir? No conoce el significado de esas dos sílabas
bailarinas desde que se reunió en el lago consigo misma. El lago con forma de
corazón, verde turquesa, colmado de tantas y tantas lágrimas que fue recibiendo
de ella y de muchos más lamentadores con cadenas. Allí se arrodilló, sin mirar al sol; tan
sólo hacia su propio pecho marchito. Y allí se arrancó el corazón. Lo vio caer,
hundirse lentamente, muy despacio, hasta que todo su color rojo fue desleído
en la tinta verdinegra del fondo. Y con él se hundió su memoria, su vida, sus
sentimientos. Y no entiende cómo sigue
viva si su sangre es ahora de madera muerta.
Los pájaros se quedaron mirando a la mujer que había mutilado la emoción en su pecho: una cicatriz mal cerrada, que sólo ellos pueden ver, es todo lo que queda ahora entre sus dos senos.
Cuando su sombra se perdió por el callado camino, las aves reanudaron sus canciones.
Y con sus trinos cantaban que
la mujer sin corazón no sabe, no sospecha, que espera un hijo. Y que mientras
siga viva (un día, dos, un mes, nueve...) tarde o temprano
renacerá un nuevo botón floral en su pecho, que crecerá y latirá como un nuevo corazón hasta borrar del todo la cicatriz de su seno.