Relato escrito para el Tintero de Oro, cuyo tema es "Piratas"
https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2025/02/la-isla-del-tesoro.html
"Autoexpulsada" de mi zona de confort creativa, me he atrevido a realizar este relato. Como está aún caliente, seguro que tiene mil errores, (sed indulgentes :).
Se agradecen todo tipo de correcciones (si son históricas o temáticas las cambiaré al finalizar el concurso)
¡Gracias!
«Lo difícil de la literatura no es escribir, sino escribir lo que quieres decir; no es provocar un efecto sobre el lector, sino el efecto que quieres.»
Robert Louis Stevenson
(foto de mi archivo)
LA TORRE VIGÍA
La torre vigía, desmochada y enrojecida por el sol de la tarde, se le vislumbró a Marisa como una extraña formación con vida propia. Envejecida y moribunda, parecía hablar para sí misma. La niña acababa de subir con su tía los noventa metros de desnivel que la alzaban sobre el mar y su propia ciudad. Estaba sorprendida de encontrar aquel jeroglífico de piedras amontonadas, paradero de hierbas punzantes. La tía le explico que, siglos atrás, desde esa torre, un vigilante tenía la función de hacer señales de humo a las dos torres de la lejanía, y así avisar de la llegada de cualquier barco pirata a nuestras costas y dar tiempo a la población para su protección. Porque los piratas eran el terror del mar. “Terror…”, pensó Marisa, y una mano siniestra y rojiza se le puso delante del océano sin que ella pudiera evitarlo.
La niña dirigió la vista a los acantilados, magnánimos
en regalar paz de rocas y gaviotas. Imposible era imaginar que en aquel lugar
exacto, quinientos años antes, un hombre acababa de bajar de su torre vigía y
suspiraba agotado al contemplar esa misma generosidad de gaviotas y rocas. Su
trabajo consistía en permanecer durante horas mirando la raya del horizonte, a
menudo hasta quedársele grabada en las pupilas cuando bajaba a tierra y miraba
a su propio hijo.
Ese mismo día, 5 de mayo, pero de 1525, el hombre vio
una naciente azucena: para su esposa enferma, pensó, preocupado por la
inminente ceguera que amenazaba quitarle el trabajo; lo único que sabía hacer:
mirar. Le dolían los ojos de tanta luz, o no sabía de qué, y tenía que
cerrarlos para poder soportarlo; además, una niebla rojiza, a veces le cubría
la visión, dejándolo desconcertado, triste y con un profundísimo abatimiento.
En uno de esos momentos de descanso ocular llegó a dormirse mucho, mucho
tiempo. Y durante ese sueño en que creía ver ángeles sobre su cabeza llenando
de cielo sus ojos y sanándoselos, varios barcos piratas arribaban a la bahía
con todas sus espadas afiladas y listas. El hombre despertó un día después:
su pueblo era una llama gigantesca en la noche, que gritaba mudamente su
desolación. Mientras, quinientos inocentes viajaban en terroríficos barcos para
ser matados o esclavizados. Aquella noche ardió también el alma del vigilante:
allí irían su mujer y su único hijo. El hombre nunca bajó; se desplomó por
aquel rayo súbito de dolor, y quedó
junto a su torre vigía, con la flor de azucena todavía agarrada a sus dedos.
La niña vio posarse una gaviota sobre la torreta.
Graznó. Pero Marisa lo percibía como si le hubieran quitado la voz, como en una
película muda, y quería llamar, golpear, entrar en esa película. Miró al mar.
II
El destino de la madre y el hijo nadie lo supo. Una fue
matada por débil y el otro fue esclavizado y utilizado como favorito por el
sultán. Éste, conocido por su especial crueldad, era corsario por vocación. Al
tierno joven le había cortado una pierna para que no huyera, ya que desde que
lo pusieron a prueba, comprobó que tenía un vigor físico extraordinario, que
junto a un fulgor de inteligencia en sus ojos no prometía nada bueno.
El corsario de corazón de piedra y serpientes, sentía
sin embargo debilidad por aquel muchacho. Lo llevaba a todas sus cacerías
humanas, hasta que un día lo perdió de vista, y eso fue su propia perdición. El
joven había saltado por la borda para morir en el mar, hambriento de muerte. Ese
día, nadie notó su desaparición. Flotó y flotó hasta ser recogido por un barco
pesquero. El joven, agradeciendo una nueva vida, comprendió que tenía dentro
mucho poder, pues llevaba en su portentosa memoria el plano detallado de los
próximos ataques del pirata. Había tenido tiempo suficiente para aprender el
idioma, y el exceso de confianza del tirano le proporcionó su inesperada arma.
Buscó a los soldados de la guardia más cercana para hacer llegar al rey su
información. Y como si de un milagro divino se tratara, poco después, varias
galeras acechaban ocultas en ensenadas mediterráneas, dispuestas al ataque. El
hundimiento fue rotundo y durante un tiempo hubo paz por aquellos mares.
La tía de Marisa llamó a la niña; oscurecía y debían bajar, pero ella no quería marcharse todavía; algo la retenía junto a aquellas piedras que parecían hablar entre ellas.
El rey premió al joven con unas tierras y un sustento de por vida. Él las pidió cercanas a su pueblo, ahora demolido, sin almas, sin animales, sin casas. Se propuso restaurarlo. Y así fue que durante toda su vida no hizo otra cosa que crear vida de las cenizas. Allí volvieron a reír las mozas y los gallos a dar la señal del amanecer.
Un día logró subir con su pata de palo a la torre
vigía. Sobre la tierra en la que yacía el padre que él mismo enterró años
atrás, y, en el mismísimo lugar en que Marisa sentía sus pies clavados,
contempló orgulloso el resurgir de su pueblo. Abrió sus brazos como queriendo
abarcarlo por entero, y expresó emocionado:
“Por ti, padre”.
La niña se agachó y acarició levemente una pequeña
azucena.
-Vamos, Marisa. Aquí ya no hay nada.
-Sí hay… Hay mucho…
Fueron bajando las dos, pero mientras la noche borraba
el paisaje, en la mente de Marisa se escribían las palabras que acabamos de leer.
Lilium candidum (Wikipedia)
Es delicioso comprobar cómo no precisas mucho tiempo o una disposición especial, para relatar de la forma en que sueles hacerlo, con elegancia, lirismo y sentido de pertenencia geográfica. Por supuesto que el sabor que empapa de la primera a la última línea es el acento mediterráneo, con todo el matiz histórico tan bien traído a colación y la forma en que unes pasado y presente a través de una azucena. con los ojos avizor de tus protagonistas, has logrado que pueda asomarme a esos apostaderos naturales que poseían en aquellos tiempos de prevención contra la piratería, y disfrutar de las caricias del Levante sobre la fecunda costa.Has transmitido la delicia lectora como siempre, y la sorpresa ha sido agradabilísima, porque ya pensé que no ibas a presentar alguna joya con el sello V o l a r e l a. He latido con la vicisitud del aherrojado y corajinudo cojito sin su pierna que tenía que ser estratega y lo consiguió. Cualquiera nos habríamos puestos a sus órdenes contra El Sultán.¡Has hecho patria histórica con este singularísimo e incluso tierno relato pirata.!
ResponderEliminar¡Recibe gran V o l a r e l a, Mis Consideraciones Más Marineras y Españolas y Valencianas!💎💎💎💎💎💎💎🇪🇸😎
Te agradezco de veras un comentario tan entrañable, tan generoso y simpático. Es lo que más me gusta del Tintero: la gente tan extraordinaria que se encuentra; el compañerismo (camaradería), la complicidad que vamos teniendo entre todos, que ya nos conocemos. Y cuando vienes tú, pues no sabes la chispa de simpatía y singularidad que aportas, además de tus cuentos únicos ¡y tus palabras para enriquecernos!!
EliminarNo pensaba participar, pero al leer tu relato me dio vueltas la idea de los berberiscos. Hacía tiempo que me impresionaba nuestra historia española y local con respecto a ese tema...
““…de África salían tantos corsarios que no se podía navegar ni vivir en las costas de España.” Sandoval
Me encanta que hayas sentido ese “aroma” mediterráneo por todo mi relato … acantilados blancos que se tiñen de rojo… Como sabes y sientes, el paisaje penetra hasta las entrañas, y de algún modo nos moldea. Y también me alegra mucho haber “hecho patria histórica” a mi manera, me ha dado mucha satisfacción hundir al pirata,jjeje :)... Es un verdadero placer que lo hayas encontrado también singular y tierno.
Gracias, gracias y más… de esta alicantina “borracha y fina”,jajaja :)
¡Un fuerte abrazo marinero con mis mejores y más distinguidas consideraciones!
Muy buen aporte para el concurso. Muchas suerte.
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarMaite, una historia de piratas genuina, en la que no faltan esos ingredientes que siempre han acompañado a esas historias marítimas y salvajes. Pero a la que le has dado un toque de ternura, inocencia y delicada belleza narrativa, con ese detalle de la flor de azucena y esos nobles sentimientos que posees el hijo sobreviviente.
ResponderEliminarBueno del lugar nada se pero la fotografía es preciosa y muy acorde con la historia.
Gracias por crear una historia tan humana, llena de emociones y además muy aleccionadora. Un beso y feliz San Valentin.
P.D. este blog sigue sin actualizarme la ultima de tus entradas, pero entro de cuando en cuando a ver si has publicado.
Harolina, muchísimas gracias por leer y comentar como siempre lo haces, con tanto cariño y tino.
EliminarTendré que pensar en hacer algo... para que puedes encontrarme... aunque este blog ya sólo lo utilizo para estos experimentos esporádicos... Pero mil gracias.
Y un gran beso!!
Hola Maite. Para ser un relato recién escrito no le he visto fallos ni errores que destacar, al menos en esta primera lectura, así que no te inquietes por eso. Te mueves entre el pasado y el presente con la mayor naturalidad, sin saltos abruptos y de manera fluida. Marisa parece conectarse con las vivencias del guardián de la torre y su familia con el hilo conductor de la azucena, algún don especial ha de tener la niña, pues parece que solo ella es capaz de penetrar la memoria del tiempo en ese lugar que atesora tan dramática historia. Triste destino la del vigía, que desperdició su vida aislado en el torreón para al final fracasar en su misión. Allá donde esté le quedará el consuelo de la venganza de su hijo por todas las muertes que el corsario ha causado. Se adivina en el relato la indefensión de las pobres gentes antes quienes ostentan el poder y la fuerza, y se percibe el golpe de realidad que sufre Marisa que en cierto modo pierde la inocencia al contemplar la crueldad del mundo. Y se disfruta la poesía que siempre impregnan tus escritos. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, algo más tranquila me quedo con tus palabras. Un cuento de piratas es de lo más difícil para mí … De todos modos creo que todos, de alguna manera, nos hemos envalentonado con este tema llevándolo a nuestro terreno, por lo que llevo leído (increíbles relatos, por cierto). Algunos como tú, sí sois politemáticos y todoterrenos, jaja :)
EliminarGracias por este resumen de mi historia, en que aciertas en todo. Me alegra que te hayas fijado en el drama de ese hombre, es fatalismo puro. Y me gusta mucho eso que añades de perder la inocencia, la flor podía ser el símbolo. Mil gracias, Jorge!!
Un abrazo muy cordial! :)
Qué maravilla, Maite. Un relato lleno de delicadeza que transita entre el horror y la ternura. Ese pasado que la niña intuye deja una enorme sensación de melancolía y las emociones a flor de piel. Precioso.
ResponderEliminar¡Me dejas super contenta!!!
EliminarGracias a ti, al menos veo que ha valido la pena.
Un fuerte abrazo!
Hola Mayté, nos presentas una historia digna del concurso. No sé por qué me recordó los relatos de Las Mil y una Noches y eso que acá no hay genio, bueno el de tu talento sí. Me gusta como combinas pasado y presente y como todo al final toma forma ante los ojos de la chiquilla. ¡Tantos lugares en el mundo, que los pisamos o vivimos sobre ellos desconociendo por completo su historia a través de los siglos! Tu relato pone alas en nuestra imaginación y por ello te agradezco. Mucha suerte en el concurso. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Ana, me alegro que esté a la altura de los demás..., menudos relatazos se han presentado esta edición, el tuyo incluido...
EliminarEs genial que te recordara nada menos que a Las Mil y una noches, porque Stevenson también se parece algo en cómo se saca historias de lo más maravillosas y rocambolescas, y yo, torpemente, quería imitarle un poco.
Preciosa la observación lo de los lugares, ¿verdad que es curiosísimo?
Me alegra mucho todo lo que me dices... Mucha suerte también para ti.
Un saludo cordial :)
Esa chiquilla sí que tiene una sensibilidad especial. Fue y vino a través de los tiempos solo con una azucena en la mano y sintiendo bajo sus pies cuanto guarda su tierra. Tengo la impresión de que se te parece... Bellísima historia, muy bien narrada. Si es así en tus parates creativos, lo que será cuando tu creatividad está en expansión! Suerte y un abrazo grande
ResponderEliminar¡Gracias, Juana!!
EliminarSí, algo se me parece...jaja :)
Eres muy, muy amable, Juana, y ya me comprendes.. cuando la historia se asienta con tiempo y se repasa parece que se ve con más claridad, pero por tus palabras y las de los compañeros veo que sí ha valido la pena. Más gracias, pues... ;)
Suerte igualmente, y otro abrazo grande para ti! :)
Tu relato destila romanticismo, como las buenas historias de piratas! Tras toda gran desgracia viene el resurgir y empieza un nuevo ciclo, para construir desde cero! Efectivamente hay lugares que por todo lo que se ha vivido en ellos en el pasado desprenden una aura especial! Un abrazote y mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminarMuy bien descrito, Marifelita, justamente es lo que nos da placer en esos finales felices, el resurgir, la esperanza, la vida naciendo de nuevo... Me gusta mucho tu comentario. Y sí, esa aura especial es fascinante, se siente, qué maravilla si pudiéramos leer como en un libro abierto, aunque a veces sería mejor no...
EliminarOtro abrazote grande y mucha suerte igualmente :)
Juaasss... Nos tenías guardada la azucena, pero se mete tanto uno en la historia que ni lo sospecha. Y mira que es como el abrigo rojo de la niña de "la lista de schindler".
ResponderEliminarAsí que desamparada fuera de la zona de confort...jaja😜 El tema es lo de menos; lo que importa es tu sello. Aunque sea prosa, siempre tienes ese tono poético al que en vez de chirrianle las metáforas, parece que las pide. Aquí, los acantilados no son serios, son magnánimo, que aunque literalmente no se parecen en nada. En tus textos son iguales.
Cuando je visto lo de sultán y Mediterráneo, digo " tate"; este es el mismo pirata de la historia de Juan el portoventolero, los únicos mediterráneos del concurso.
Bueno , no sé si es el mismo ni si existió, pero es lo que me ha venido a la cabeza.
La visión de la niña, y ya qie el pueblo que arrasado, se debe a que es tatararrrraaanieta del hijo, y también del farero.
Abrzzooo y suerte
Jajaja, me haces reír con lo de la azucena.
EliminarDe veras, desamparada, tirando de acá y de allá como podía... Dos cosas son casi imposibles para mí: una historia de piratas y hacer reír (la primera medio medio lo he logrado parecequesícreoquizás..., la segunda es ya un muro infraqueable, pero tú has logrado las dos.! Te explico aquí mi entusiasmo en tu blog :))
Los acantilados son lo más serio y regio que hay, por eso si son generosos y te regalan su paz y te envuelven con ella... son magnánimos,j jaja,j ya me entiendes :)
No, jajaja, no, bueno digamos que son... primos lejanos, jaja :)
Me das una buena explicación, se lo voy a preguntar... :) jajaj, No, de verdad, tendría su lógica.
Gracias por todooooo, Gabiliante, sonrisas incluidas.
Abrazo gordo y suerte para tu personaje-pobret- y sus polis :)
Una aventura en todo sentido, que podria ser una novela, claro el concurso requiere comprimir en un espacio corto todos esos escenarios. El pueblo renacera es seguro.
ResponderEliminarPienso igual que tú. Es una aventura sintetizada, lo más lejano posible a mi concepto de cuento. Pero vamos aprendiendo.
EliminarSí, renacerá, eso es lo bonito.
¡Gracias por tus valiosas impresiones! Y un saludo :)
¡Hola! Muchas gracias por participar en el Concurso de Relatos 45 ed. en El Tintero de Oro. ¡Suerte!
ResponderEliminarUn gran placer. ¡Gracias!
EliminarHola Maite, que tal, amiga querida!
ResponderEliminarseguramente vas a calificar muy bien en el concurso, tus relatos siempre son altamente soñados.
Espero que hayas pasado un lindo dia de San Valentin y te mando un abrazo gordo y redondo.
"Altamente soñados"... Suena de ensueño...
Eliminar¡Gracias!
Abrazo bien gordo :)
Un relato lleno de aventuras y con gran sensibilidad. Me gusto mucho el final. Mucha suerte! Saludos!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Lady P.
EliminarTe deseo lo mismo.
Un abrazo! :)
Hola, Maite. Pues para no ser tu zona de confort, pedazo de relato te has marcado. Precioso y lírico, con un ir y venir entre épocas fluido y nada artificioso, que logra contar la historia con mucho sentimiento. No aprecio errores ni incoherencias en el texto. Enhorabuena y suerte en el concurso.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Enrique! Tu opinión es muy valiosa, además ya se nota tu amor a la literatura y al mar en tu propio relato.
EliminarUn abrazo y suerte igualmente!
Hola Maite quiero resaltar que este escenario de esta torre, que en el pasado servía para avistar barcos piratas y alertar a la población, evoca una conexión mística y melancólica entre el pasado y el presente, tu historia relata cómo un vigilante de la torre en el siglo XVI, cansado y con problemas de visión, no logra advertir a tiempo la llegada de piratas, resultando en el ataque y destrucción de su pueblo, y como a través de los ojos de Marisa, se entrelazan las vivencias del pasado con la serenidad y la belleza actual del lugar. Bello relato. Abrazos desde Venezuela.
ResponderEliminarMe gusta eso de "conexión mística y melancólica". Te has inspirado!
EliminarGracias, Raquel.
Un abrazo desde tierras españolas .)
Hola, Maite, me ha hecho gracia lo de "autoexpulsada" de tu zona de confort, jeje, y no me digas que no es bueno saltarse a veces la zona de confort escribiendo... Y el relato, pues sinceramente, deberías salir más de tu zona de confort, una maravilla, se me ha escapado hasta una lagrimilla y todo. ¡Qué bonito! Y además de por la historia que te pone los pelos de punta, por la forma como la cuentas, esos acantilados "magnánimos en regalar paz de rocas y gaviotas", preciosa metáfora y personificación al mismo tiempo. ¡Enhorabuena por tu relato! Un diez.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Jaja, sí... yo misma me auto empujé de cabeza al Word.... :)
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado (esa lagrimilla tuya es Mi Tesoro; el que abriré para contemplar cada vez que me desanime...)
¡Mil gracias, compañera...! Voy a seguir tu consejo y autoexpulsarme mas veces :)
Un abrazo tan alegre como agradecido :)
Preciosa historia de piratas pero sin piratas al mismo tiempo. Me ha encantado lo bonita y fácil lectura.
ResponderEliminarCuánto me alegras... Noelia. Gracias!
EliminarUn abrazo :)
Hola, Maite. Del dolor y las cenizas surge una nueva esperanza. Un relato muy emotivo que entremezcla dos periodos de tiempo distintos y, a la vez, con mucho en común. Un buen trabajo. Felicidades.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Bruno!
EliminarSí, finalmente lo que cambia es nuestra percepción del pasado, pero en esencia nuestros antepasados y nosotros somos los mismos... Como el acantilado o la brisa hay cosas que nunca cambian.
Un abrazo!
Hola Maite, tu relato está cargado de ternura y dolor. Un viaje en el tiempo muy bien marcado con un final muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Me alegro, que a pesar de la tristeza, te dejara buen sabor :)
EliminarGracias, Puri!
Un abrazo! :
Hola, Maite! Por fin llego a tu relato, pero lo bueno se hace esperar. Pues para salir de tu zona de confort lo haces de maravilla. Una historia doble, de dos tiempos pero contada como si se estuvieran viviendo de forma simultánea. Por un lado la del presente y la niña que siente los sentimientos vertidos en ese lugar tiempo atras. Es muy ingenioso el ir pasando de una historia a otra mientras va avanzando la trama, como a la prota, percibimos lo que ella percibe al mismo tiempo dejando el regusto de una gran historia, dura, pero con un final esperanzador. Me ha encantado, compañera, es un relato muy bien elaborado y que despierta las ganas por seguir leyendo.un abrazo y mucha suerte.
ResponderEliminar¡Gracias, compañero! Me alegra haber podido sacar algo bonito de un tema tan difícil. Siendo de piratas tenía que hacerla dura, pero como eso no va conmigo, me la llevé a mi terreno, jaja, que es la sensación poética, a ser posible luminosa. Te agradezco mucho tu bella lectura y un análisis tan estimulante.
EliminarUn abrazo grande! :)
Dos azucenas unidas en el tiempo y el espacio por la visión de Marisa. Qué imaginación tienes y qué bonitas palabras utilizas para describir esta preciosa historia. Muestras un estilo propio que hace muy amena la lectura y evocas el Mediterráneo con los ojos de la niña, que por unos instantes son los mismos que los del vigía, a través de la neblina rojiza.
ResponderEliminarPreciosa aportación. Muchas suerte.
Saludos cordiales.
Gracias, Marcos. Me alegro de que te pareciera ameno y apreciaras tan bien esa conexión entre la niña y el vigía. Son detalles, la niebla o las dos flores que aunque sugerentes y sutiles, hacen de unión emocional para que los tiempos fluyan con suavidad en la mente del lector. Quería incluir los acantilados, la brisa y el mar como testigos perennes..., pero me faltaron palabras... Y quizá así sea mejor.
EliminarEs muy útil tu opinión :)
Un saludo cordial!!
Mi querida Maite, llevas la creación,
ResponderEliminaren la punta del lápiz, cualquiera
sea la historia que nos traigas, te
queda siempre especial, aplausos mi amiga.
Besitos dulces
Siby
¡Y tú también, Siby!
EliminarBesitos dulces igualmente :)
Hola Maite pues para haber salido de tu caja de confort menudo paseo nos has dado. Me ha gustado mucho tu relato. Por las historias y por la union de aquel faro y aquel lugar. Suerte. Un abrazo.
ResponderEliminarJajaja, :)
EliminarPues me encanta haber paseado contigo por mi tierra mediterránea a través de la imaginación.
Gracias, Anihoa!
Un abrazo!
Tengo la suerte de vivir en la costa mediterránea. Cerca de mi casa hay una de estas viejas torres de vigilancia, en realidad está por toda la costa, en mejor o peor estado de conservación. Cuando te acercas puedes percibir la memoria de esas piedras, el pavor que deberían crear los ataques de los piratas para justificar el enorme esfuerzo de construirlas sobre los acantilados, las horas interminables de vigilancia, el frenesí de señales si ocurría algun avistamiento, y ahora, gracias a tí, les sumo una nueva historia, la de aquel hombre que pagó bien cara su distracción. La venganza del hijo tiene algo de justicia poética, y todo el relato en realidad está imbuido de dramatismo y sensibilidad, de un dolor y una amargura que seguramente impregnan esas piedras. Muchas veces, al contemplar algún monumento, pensamos "¡Si las piedras hablaran!"... pues bien, tu te lo has tomado muy en serio, y les has dado una voz realmente brillante y conmovedora.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Qué estupendo que tengas cerca una de ellas. Entonces es seguro que has vivido todo lo narrado. Contemplar vestigios del pasado es imposible sin tratar de imaginar que les animaba, al menos para los que somos curiosos :). Si además escribimos, ya comprendes la tentación y el placer de inventarles una historia :)
EliminarMuchísimas gracias por tu impresión, tan cálida. Me alegran mucho tus palabras; compartir nuestros mundos, aunque sea un breve momento, y saber que te comprenden es muy gratificante.
Un fuerte abrazo Isra!
Qué bonita y tierna historia, Maite. Me ha parecido muy sentimental (que no sensiblera). Enhorabuena.
ResponderEliminarMucha suerte y un abrazo.
Me alegra que te gustara; los sentimientos son un nada menos que un tercio de nuestro vida, junto al instinto y la razón :)
EliminarGracias por la lectura y suerte para ti igualmente.
Un abrazo :)
Hola, Volarela. Una historia atemporal y entrañable (zona de confort o no), es lo que yo he percibido al leerla. Entremezclando dos épocas ante el inmenso horizonte tanto físico como de esperanza.
ResponderEliminarSaludos y suerte.
Precioso, compañero. Gracias por tu valiosa percepción y ¡muchas gracias!
EliminarSaludos y suerte igualmente :)
¡No sólo no has tenido mil errores, sino que hay que darte una efusiva enhorabuena por tu magnífica posición! ¡Eres un continuo "Tintero in pectore" y me alegro infinitamente!
ResponderEliminarB r a v o, M e d i t e r r á n e a P e r s o n i t a ! ! !🇪🇸
Jajaja, "Tintero in pectore" :)
EliminarGracias mil, Juan. Estoy muy contenta, realmente no esperaba tanto. Eres genial.
Bravo por ti!! Mediterraneacapitaninfinitum! :)