Quimera: Monstruo fabuloso que se representa con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón.
Texto inspirado en la idea de un ser fantástico o mitológico, ofrecida por nuestra compañera Mâg
UNA QUIMERA
M. José pensaba que tenía un nombre demasiado común para lo que ella era. Le hubiera gustado más Naunet, Maat, o Nuit, pero se conformaba; así también con su rostro de escoba gastada, sus manos encallecidas y su imaginación capaz de transformar lo vulgar en jade.
Se tocó la tripita. Sonrió con destellos solares en los dientes. Entonces notó un río inquieto que llamaba por la puerta inferior de su cuerpo. Lo dejó salir. En el hospital dijeron que aquel niño parecía más un cachorro de león que un bebé, peludo, peleón y rugidor como una noche de truenos. Mª José, con el corazón más tierno que una col de bruselas hervida en vino, se lo llevó dando gritillos de felicidad. Todos los días le afeitaba la carita para que no hablaran mal de él. A los tres años, al empezar la escuela, le brotó una cola encantadora de dragón. Pero la madre era consciente de que su gusto no era compartido, y hacía cuando podía por ocultarla bajo el pantalón, aunque a veces se escapara, sacándole la lengua a los niños más crueles. A los cuatro comenzaron a canviarle las uñas por pezuñas y su espalda buscaba con insistencia la curva cuadrúpeda. La feliz M.ª josé vio en su niño la más hermosa quimera imaginable, y llegó a la conclusión, que siendo ella virgen, su muchacho sólo podía haber sido el fruto de su platónico y quimérico amor con el dios Orus, al cúal le rindió su cándido corazón desde niña.
Cuando al fin el pequeño caminaba a cuatro patas, lo disfrazó de extraño perro con carita de león, abrigado con un chalequito de lana, por lo que nadie notó nada cuando lo sacaba a pasear. Para sus ojos de obsidiana seguía siendo el niño más bello que había visto. Sin jamás pretenderlo, M.ª José, se fue ganando la animadversión del barrio; aquella rara mujer y su perro (con el agravante de la sospecha de haberse desecho del hijo) cada día era más despreciada, hasta el punto de que alguien colocó veneno en el trayecto que solían seguir aquellas patitas semihumanas junto a las de su diosa. Y cuando la mujer vió agonizar a su pequeño ser, decidió despedirse de todos. Guardó en una cajita que llevaba el ojo de Orus estampado, su mayor secreto: la criatura, tras cada comida, había estado excretando bolas de oro puro. Con él había transformado su chabola en palacio, pero eso no lo vieron hasta encontrar los cuerpos yacentes en el interior de una hermosísima y riquísima estancia en la que ambos semejaban verdaderos faraones embalsamados. Sobre la caja con los tesoros había un cartel bellamente escrito en papiro egipcio: “Dónese a los más pobres de este triste mundo”.
Y así fue cómo apareció en mi buzón aquella maravillosa bolita dorada que parece el excremento de una cabra. Y si se mira bien, tiene hasta un mágico escarabajo incrustado.
La historia es dura pero dura, en cambio, tiene ese halo de ricura, esa candidez del corazón bueno, de la bondad suprema. El amor infinito de una madre y la recompensa a ese amor.
ResponderEliminarTrágico final, como te digo, pero queda un regusto precioso porque en esa infinita bondad abraza a los desesperados. Su corazón palpitará por mucho tiempo.
Y quimera o no, la historia me ha gustado muchísimo. A pesar de todo, le has pintado sonrisa.
Muchísimas gracias por tu aporte, Maite.
Un beso muy grande.
Muchísimas gracias a ti, por tu propuesta y tu dedicación a todos los que hemos participados.
EliminarHa sido un placer.
Beso gordote :)
Una historia que pese a las complicaciones y dificultades logra extraer ternura de las experiencias de desprecio y marginación. Un cuento para niños con moraleja. Un abrazo
ResponderEliminarEso es lo difícil, ciertamente, que la pobre mujer pudiera extraer ternura y compasión de su atroz situación.
EliminarCreo que a los niños no les gustaría nada...ja, ja.
Un abrazo :)
Preciosa historia Maite, dura y tierna a la vez, con su lado de fabula y el toque que le das sensible y humano.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Abrazos.
José Antonio, eres un lector fabuloso, siempre tan atento.
EliminarGracias!
Un abrazo :)
Maite,lo más hermoso de la historia es ver a esta mujer, toda ternura e imaginación, que es capaz de vislumbrar su "insólita circunstancia" como un regalo de los dioses. Se adaptó lo mejor posible a su extraño hijo, a pesar de la opinión de la gente. No sólo es admirable su fortaleza interior, también su última y generosa decisión de ofrecer los "tesoros a los más necesitados". Ahí está también el escarabajo, amuleto de vida, poder y símbolo de resurrección para los egipcios.
ResponderEliminarMi felicitación por tu creatividad, que nos muestra un ejemplo de cómo el ser humano es capaz de revertir las circunstancias y hacer de una "desgracia" un motivo de superación, que además trasciende, porque después de su muerte deja un hermoso beneficio a los demás.
Mi abrazo entrañable y feliz fin de semana, amiga.
Mi personaje se parece un poco a ti en que sabe extraer de todo lo mediocre un guisante de oro.
EliminarMil gracias, siempre por tan generosas lecturas y preciosos comentarios, amiga.
Un fuerte abrazo :)
Vaya coco que tienes para inventar estas historias. Se ve tierna y a la vez cruel por la conversión de niño a animalillo. El amor de una madre hace todo posible para tapar lo malo de los hijos y a la vez a pesar de todo lo quiere. Muy buena, me ha encantado. Además la humildad y generosidad de esa madre.
ResponderEliminarAbrazos
Ja, ja, ¿coco? más bien un plátano... :)
EliminarMe alegro un montón que te haya gustado.
Mi abrazo y gratitud, Isa. Feliz semana :)
Una relato extraordinario en creatividad y
ResponderEliminarestilo narrativo que me ha encantado. Por ej. en el
primer párrafo con sólo cuatro pinceladas describes
el caracter y fisonomía de Ma José de una forma tal en que nos posiciona de una manera especial ante la historia por narrar.
Y el relato tiene enseñanza, porque da para meditar y debatir sobre el diferente y su aceptación y además, una moraleja sobre el amor y la generosidad.
Un abrazo, Volarela
Creo que los tomates están mirando con envidia la rojez de mis pómulos.
EliminarMuchas gracias, Myriam, es un honor tu exquisito comentario :)
Un abrazo
Un maravilloso relato lleno de humanidad, amor, tragedia y solidaridad, has conseguido aunar en unos pocos renglones todas esas características que pueden hacer recapacitar ante nuestra actitud en la vida, esta que nos ha tocado vivir aquí y ahora.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado y hayas visto tantas cosas juntas; es una gran virtud poder ver tanto, quizá porque la mirada está llena de eso mismo.
EliminarMuchas gracias.
Un beso
Reflejo de una realidad cruel que, desgraciadamente, se sufre en este mundo que vivimos. Una historia con un importante y profundo trasfondo, narrada con ternura y belleza; y dejando vislumbrar un mensaje que no deja indiferente…
ResponderEliminarMuy buena participación, preciosa amiga.
Un placer leerte…
Abrazos enormes, y muy feliz finde 💙
Siempre sintetizas de maravilla lo que lees, y además le añades tu toque cálido de cariño.
EliminarMil gracias, Ginebra. El placer es mío.
Un beso :)
Ser diferente en nuestra sociedad siempre se paga. Mari jose no sabia lo grande que era como persona, pero su hijo seguro que sabe que es la mejor madre que podia haber tenido jamás. Amor y dolor, nos muestras en tu bello relato...como la vida misma.
ResponderEliminarAbrazos Voladera.
Sin duda el hijo lo sabía más que ella.
EliminarMe alegra que te haya llegado. Gracias por tu comentario.
Un abrazo
Es una historia dura, con un final trágico, pero en su recorrido existe un inmenso amor de amos y tan grande que lo esparce al resto.
ResponderEliminarBello relato, abrazo
Es más dura de lo que pretendía, pero yo creo que es por la mezcla de fantasía y realidad.
EliminarUn abrazo :)
Precioso relato amiga, que bonito tierno y triste a la vez. El amor de una madre es infinito para ella era el bebé más lindo del mundo aún cuando veía que iba cambiando su rostro. Ahora como siempre la maldad de las personas es algo innato en el ser humano. Te felicito me ha gustado muchísimo. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarQué bien, Campirela (nuestros pseudónimos termina igual :) )
EliminarMe encanta que te guste lo que escribo.
Un besete
una historia que en que rivaliza el amor de madre con la desgracia y la crueldad el mundo. genales metaforas al principio y sorprendente giro con lo del veneno. cambia comopletamente la historia. La crueldad hiere tanto que casi no importan las riquezas. Esperemos que los beneficiarios merecieran los regalos
ResponderEliminarme ha turbado
besosss maite
Sí, el giro es brusco. Estaba un poco enfadada cuando lo escribí, y eso debe notarse. Todos estos cuentos no son más que bocetos, y la mayoría quedarán en la papelera, pero es una práctica buenísima porque ves desde fuera la impresión que tienen las palabras.
EliminarMil gracias por tu apreciación, siento que haya sido turbador :)
Un abrazo :)
Que preciosidad de relato en el que muestras la crueldad humana frente al amor incondicional de una madre. Besos.
ResponderEliminarGracias, Molí. Sí, es un contraste tremendo.
EliminarGracias por tu paso por aquí, siempre esperado y agradecido.
Un abrazo grande :)
Dura, pero que hechiza. Nunca sabemos el precio que conlleva alguna decisión.
ResponderEliminarUn abrazo
Si te ha hechizado me doy por contenta :)
EliminarUn abrazo, Albada, gracias por tu lectura.
Es increíble hasta dónde puede llegar la crueldad de los niños, o de los adultos, cuando desprecian a los demás, se me parte el alma, de verdad.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, muy bien narrado, la verdad es que se me ha encogido el alma.
Besos enormes.
No me gusta encoger almas, prefiero más bien estirarlas :)
EliminarEl próximo es más positivo.
Un abrazo grande :)
Magnifico relato que incluye a nuestra amiga Ma. Jesús y la nobleza de dejar el oro a los mas necesitados, su criatura incomprendida por los hombres que no entienden la belleza de lo diferente.
ResponderEliminarMe recordó a la Manticora.
Un abrazo Maite.